A menudo infravaloramos los medios y dispositivos que tenemos a nuestro alcance, así como su potencial y posibilidades.
Habitualmente compramos productos que deben satisfacer una necesidad, sin tener en cuenta su potencial real. Es así como tenemos una gran cantidad de aparatos acumulando polvo y sin sacarles el provecho que merecen.
En algunos casos no exprimimos ni el 50% de las posibilidades que nos ofrecen los dispositivos o los programas que adquirimos. Y en muchos casos pagamos servicios externos para obtener un servicio del cual ya disponemos y hemos pagado.
Respecto a la impresión nos encontramos un tema especialmente grave, ya que todos disponemos de una impresora o más.
Con las impresoras nos quedamos con la idea de que tenemos una máquina de imprimir facturas o fotos en papel brillante, mate o perlado.
Las impresoras actuales permiten realizar unos trabajos con una calidad plenamente profesional.
El secreto es tan simple como saber escoger el papel adecuado, tener su perfil de color y realizar los ajustes correspondientes en el software de impresión (tanto en el programa que efectúa la gestión de color, como en el driver de la impresora).
El perfil de color es tan importante como las características de la impresora y el tipo de papel, ya que define la gama de colores que puede representar la tinta de nuestra impresora con dicho papel. Permitiendo a nuestro programa de gestión de color (Driver de la impresora, Photoshop o Rip) interpretar los valores numéricos de los colores del origen (La foto) y adaptarlos a los colores que puede reproducir el destino (La imagen impresa), ya que el perfil proporciona unas coordenadas de “situación” para poder “traspasar” los valores de los colores de la imagen a los colores reproducibles.
O dicho de otra forma:
Si algunos colores de nuestra imagen no son imprimibles (por ejemplo, tenemos colores fosforítos, muy saturados, etc.) es porque el perfil de color de la imagen (sRGB, Adobe RGB (1998), Pro Photo RGB, etc.) contiene una determinada gama de color o colores que no están disponibles dentro del perfil de destino (Por ejemplo, el perfil de una impresora determinada con un papel específico). El software encargado de interpretar los colores y convertir sus valores en cantidades de tinta, deberá adaptar o sustituir los colores no imprimibles por otros que si lo sean.
El problema siempre reside en que la gama de colores que captura un sensor RGB no coincide con los colores reproducibles por una impresora, laboratorio o imprenta. Cada cual tiene su “paleta” de colores.
De ahí que la gestión de color sea un elemento tan y tan importante dentro de nuestro flujo de trabajo, ya que es el que define y mantiene las propiedades de nuestra imagen.
Evidentemente, en función de la impresora usada tendremos más o menos opciones de impresión, pero no necesariamente menor calidad.
Las diferencias entre distintas gamas de impresoras residen en las opciones disponibles de impresión, y aunque la calidad también puede variar, en la actualidad todas las impresoras ofrecen una gran calidad de impresión.
Evidentemente tenemos diferentes tipos de impresora, lo que lógicamente nos ofrecerá opciones distintas:
- Diferente tamaño de impresión, de 10×15 a 100×150 cm, o mas.
- Diferentes tipos de soporte que variarán en función del modelo de impresora:
- Papel de bajo (80 gr.), medio (180 gr.) o alto gramáge (870 gr.).
- Cartulina o cartón de alto gramáge (rígido, no doblable).
- Papel de transfer.
- Impresión a doble cara.
- Papeles texturizados.
- Papeles canvas, con acabado de lienzo (tipo cuadro).
- Papeles artísticos.
- Bobinas de papel.
- Posibilidad de imprimir sin doblar el papel, lo que es imprescindible para impresión sobre soportes rígidos.
- Impresión sin margen.
- Número de tintas disponibles.
- Tintas especiales (Para calidad “Photo”, para colores suaves (tintas light), papel mate o para blanco y negro.
La resolución de impresión aunque es un punto importante, no lo es tanto como parece, ya que si bien la impresora tiene un nivel de resolución máxima, también es cierto que cada papel tiene una resolución máxima permitida o recomendada.
De todo lo expuesto, lo más importante es saber escoger el papel adecuado, los ajustes correctos y el perfil de la respuesta de la tinta de nuestra impresora con el papel escogido.
En próximos artículos trataré en profundidad estos temas, con la premisa de ser accesibles a cualquier iniciado en fotografía digital, no siendo necesario ningún mínimo de conocimientos técnicos, ya que estos artículos están dirigidos a aficionados y profesionales de la fotografía, no a técnicos.
Un artículo de Joan Boira.