Imagínate que estás fotografiando un espejo o un cristal, que tienes delante, donde se reflejan objetos lejanos que tienes a tu espalda. Si quieres que el reflejo quede totalmente enfocado a qué distancia deberás enfocar? A la distancia entre la cámara y el espejo (d1 figura A) porque es donde se muestra el reflejo, o a la distancia entre el espejo y los objetos que refleja (d2 figura A)? Pues la respuesta es la suma de las dos, tendremos que enfocar a la distancia resultado de sumar la separación entre la cámara y el espejo y la distancia entre el espejo y el objeto reflejado (d1 + d2 figura A).
De todas formas si utilizamos el autofoco de la cámara no debe preocuparnos mucho porque si enfocamos sobre el reflejo ya lo hará correctamente, pero es interesante conocer lo que os he explicado para poderlo utilizar de forma creativa. La figura B es el resultado de fotografiar un vidrio que refleja las fachadas de las casas que tiene delante y que contiene un cartel pegado a su superficie. La foto se ha hecho con un diafragma f/16 con lo cual conseguimos una amplia profundidad de campo de tal forma que queda enfocado el cartel y el reflejo.
La figura C corresponde a la misma escena pero utilizando una apertura de diafragma de f/1.4. Con una profundidad de campo tan reducida como ésta, y enfocando el cartel, el reflejo queda totalmente desenfocado. Este puede ser un recurso para disimular la aparición del fotógrafo en el reflejo.
Otro caso, por ejemplo, podría ser fotografiar un río donde se reflejan los árboles y el cielo. Reduciendo la profundidad de campo y seleccionando lo que queremos enfocar podemos dar más énfasis a la corriente del agua (dejando desenfocado el reflejo) o al reflejo (dejando desenfocadas las turbulencias del agua).