Estamos acostumbrados a que las fotografías que nos llegan de algunos países siempre sean las mismas, especialmente de aquellos en los que hay conflictos armados, ideologías extremas -para el resto del mundo-, ejecuciones públicas o problemas en el Gobierno.
Uno de estos países es Irán, pero hay un lado que el fotógrafo Hossein Fatemi ha querido retratar y enseñar, y es aquella vida que tienen los ciudadanos de puertas para adentro, bien en la intimidad o, en algunos casos, clandestinidad. Con su serie An Iranian Journey, muestra un lado del país que desconocemos y que añade por tanto, un contraste que no nos imaginaríamos.
Desde jóvenes con la cabeza descubierta fumando y bebiendo, hasta conciertos privados de rock. Privados porque allí el rock está prohibido, así que el riesgo es bastante alto. También gimnasios o salones de belleza exclusivamente femeninos, por lo que el autor tuvo que ganarse la confianza para que le permitieran la entrada. Además, en algunos casos, los retratados o bien cancelaron sus citas en algunos de los lugares o pidieron no ser reconocibles por miedo a perder su trabajo o sufrir otro tipo de replesalias.
Un trabajo que ha durado varios meses pero que finalmente ha dado sus frutos. Gracias a Fatemi podemos descubrir lo que ningún medio de comunicación nos enseña, la vida real en un país como Irán.