«La arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz». Esta es la célebre definición que Le Corbusier hacía de Arquitectura. Quizás por la gente que no es arquitecto no les dice demasiado pero entre nosotros entendemos rápidamente su significado. Es una manera de sintetizar todo el proceso creativo que conlleva la tarea de un arquitecto, desde que se piensa la idea de un edificio hasta que su construcción ha finalizado y se empieza a utilizar. Del mismo modo hay una parte de este espíritu común entre nosotros que a menudo detecto en las imágenes de aquellos arquitectos que también les gusta o practican la fotografía no sólo como una pura herramienta más. Después de leer el artículo de Ainara Garcia «¿En qué se parecen los fotógrafos y los diseñadores?», pensé que podía ser interesante hacer algo parecido explicando cómo los arquitectos fotografían.
Un arquitecto suele tomarse su proceso creativo realmente como un JUEGO que consiste en analizar qué puede surgir de interesante en mover y modificar diferentes formas y VOLÚMENES. Estos generan unos espacios relacionados entre ellos que interactuarán con la LUZ para crear diferentes ambientes. La LUZ, además, será la principal herramienta para describir y mostrar la solución formal final.
Este proceso creativo funciona con las diferentes escalas de trabajo y tanto sirve para diseñar un mueble, toda una ciudad, o simplemente encuadrar una fotografía. Y la fotografía nos servirá para experimentar, analizar e imaginar nuevas ideas. Un papel arrugado puede ser visto como la maqueta de un edificio, una textura como la piel de una fachada, un cierto patrón como la disposición de las aberturas en una pared… Y todo este proceso de abstracción experimental se convierte en imágenes que también pueden ser atractivas para otra gente aunque no vea el mismo.
A continuación explico diferentes aspectos de nuestra deformación profesional que nos influyen en las fotografías y, para ilustrar esto, he tomado como ejemplos fotos de Instagram hechas por dos compañeros arquitectos, Ferran Blancafort y Jordi Juan. Las limitaciones de la fotografía hecha con el móvil hacen aflorar aún más estos recursos.
PROYECCIÓN BIDIMENSIONAL
Los arquitectos a menudo tenemos en mente la forma de representar nuestros planos mediante plantas, alzados, secciones… e intentamos hacer fotos como si fueran alguna de estas proyecciones bidimensionales. Por eso buscamos puntos de vista frontales intentando anular la percepción de la tercera dimensión. Deben ser imágenes planas que respeten escrupulosamente las líneas horizontales y verticales como tales. Las dos dimensiones nos permiten ver formas geométricas sin la deformación producida por las tres dimensiones de la perspectiva.
Ferran Blancafort Jordi Juan
La foto de Ferran muestra los elementos como si se tratara de una proyección plana en planta o alzado y, a pesar de reducir al máximo la tercera dimensión, la altura se deduce gracias a la información aportada por las sombras. Jordi busca un plano totalmente horizontal que respete absolutamente la geometría del círculo.
PUNTO DE VISTA
Nuestras imágenes a menudo pretenden ser altamente descriptivas y por eso es muy importante escoger un punto de vista adecuado. Este punto de vista ha de facilitar la lectura de un espacio simplificando su visualización pero sin renunciar a enseñar el máximo de elementos y recorridos, con el mínimo número posible de imágenes. Algunos de los conceptos esenciales para lograr este propósito les cuento en el artículo «Modelar la perspectiva». También hay que evitar al máximo las «Coincidencias y obstrucciones» molestas, o provocar de intencionadas.
Jordi Juan Ferran Blancafort
Jordi simplifica la lectura con una perspectiva frontal y el punto de vista también favorece la aparición del reflejo de la persona, la cual nos pone escala a la escena. Ferran provoca una interesante coincidencia juntando el edificio contemporáneo de la izquierda, que se encuentra en primer término, con el campanario románico de segundo término. El aspecto es similar a un collage.
LUZ Y VOLUMETRÍA
Por otra parte nos preocupa enormemente que la luz ayude a definir la volumetría de la escena. Esta luz a menudo no la podemos modificar y la única solución radica en esperar a que se dé la situación concreta y óptima para cada objeto. Y no sólo la luz será descriptiva, sino también las sombras que ésta genera cuando algún cuerpo intercede en su camino. Puedes encontrar más pistas en el artículo «Iluminación solar descriptiva».
Jordi Juan Ferran Blancafort
Jordi encuentra una iluminación adecuada para percibir correctamente la forma refundida. Ferran aprovecha una sombra expresiva para dar más información de un elemento.
LESS IS MORE
Ludwig Mies van der Rohe adoptó este lema como declaración de principios de su arquitectura minimalista. Esta simplicidad es un reto no sólo formal para los arquitectos sino en todos los aspectos del proyecto. Y con la fotografía también nos gusta intentar llamar la atención con el mínimo número de elementos posibles. En estos casos la composición adquiere un papel primordial.
Ferran Blancafort Jordi Juan
Ferran trabaja la composición con dos únicos elementos diferenciados y un fondo neutro pero intenso. Jordi Busca la simplicidad con un fuerte contraste y atenuando los detalles de las sombras.
Ferran Blancafort Jordi Juan
Ferran busca un fuerte contraste reduciendo el histograma casi a sólo dos tonos, potenciando así la aparición de una geometría simple pero contundente. Jordi busca un reducido número de elementos aislados y también aísla el cromatismo de la imagen a los colores básicos (RGB). Compone con una línea diagonal que contiene dos de los tres puntos que forman los vértices de un triángulo.
Estas son algunas de nuestras obsesiones pero, como en cualquier otra disciplina, de vez en cuando también va bien desconectar y experimentar con otros criterios totalmente diferentes a nuestra formación arquitectónica; pero esto cuesta, cuesta…