Llamadlo «tiquismiquis» o deformación profesional pero, aunque lo que pretendo explicar en este artículo puede parecer que es hilar muy fino, os aseguro que puede mejorar sustancialmente la calidad de vuestras fotos como por arte subliminal. Se trata de buscar cuidadosamente el punto de vista de nuestras imágenes para evitar unas situaciones concretas que pueden ser contraproducentes y dificultar la lectura de nuestra escena.
El primer caso que veremos será el de las coincidencias molestas. Hay puntos de vista concretos que nos dificultan la correcta comprensión de las volumetrías y su perspectiva. Fijaos en la figura A, a la izquierda aparecen casos de volumetrías sencillas pero cada una tiene, a su derecha, un punto de vista «conflictivo» que provoca una cierta ambigüedad molesta. El problema radica en que dos aristas diferentes quedan representadas de forma coincidente por una misma línea.
Para evitar estas situaciones debemos movernos y buscar otros puntos de vista que anulen estas coincidencias. Como todo, esto es cuestión de práctica pero puedes repasar el artículo Modelar la perspectiva para encontrar pistas sobre los movimientos adecuados para cada situación. Lo importante es darse cuenta cuando pasa algún caso similar a estos e intentar corregirlo.
Un segundo caso sería el de las obstrucciones. Es evidente que los objetos de primer plano tapan los de segundo término, pero muchas veces no se tiene suficiente cuidado de seleccionar un buen punto de vista para evitar que estas ocultaciones nos dificulten una correcta comprensión de la escena. Se trata de intentar que los objetos de delante no tapen elementos importantes y necesarios de detrás para facilitar una correcta lectura. La figura B muestra una construcción con una pared que contiene unas pinturas que queremos fotografiar, pero en primer término tenemos una farola que no podemos evitar si queremos este punto de vista aproximado. A la izquierda de la figura B esta farola coincide con la arista, que separa la parte de sombra con la parte que le da el sol, del volumen bajo de la edificación posterior. Si nos desplazamos ligeramente hacia la izquierda obtenemos la imagen central que evita este problema inicial pero que nos tapa parte de las pinturas. Finalmente, desplazándonos ligeramente hacia la derecha, obtenemos la imagen de la derecha de la figura B, dejando la farola en un lugar estratégico de tal manera que prácticamente no tapa ni pintura ni ninguna arista necesaria para entender mejor la volumetría.
figura B
La figura C muestra otro caso de obstrucción. Se trata de una pérgola metálica de color gris oscuro. En la imagen de la izquierda el pilar derecho de delante tapa un pilar trasero. Sólo con un simple desplazamiento hacia la izquierda del punto de vista este pilar oculto queda visible y explica mejor el elemento en cuestión. Del mismo modo, si el movimiento lo hacemos desplazándonos hacia delante o atrás variará la altura relativa entre los objetos de primer plano y los del fondo. Así si nos acercamos a un objeto cercano haremos que su altura relativa sobresalga mucho más que la de los objetos del fondo. Fijaos en la farola que sobresale por sobre el tejado del edificio de detrás en la figura B, si nos acercásemos conseguiríamos que aún sobresaliera más arriba, respecto del tejado, que ahora.
figura C
Otra aplicación de las obstrucciones es precisamente hacer lo contrario, y utilizar primeros términos para tapar objetos posteriores molestos, ahorrándonos así trabajo posterior de edición para eliminar estos elementos no deseados.
También es interesante tener claro otro aspecto: Si dejamos inmóvil el punto de vista (lugar donde colocamos la cámara) por más que movamos el punto hacia donde apuntamos (haciendo movimientos al estilo de cuando queremos hacer un barrido de imágenes para poder montar una panorámica) las obstrucciones no cambian. Las tres imágenes de la figura D están hechas sin mover el punto de vista. Si miráis cualquier objeto como oculta algún elemento posterior veréis que esta ocultación es igual a cada imagen. Por ejemplo, podemos ver como delante del edificio blanco del fondo hay una furgoneta blanca aparcada. Hay dos pilares que ocultan parte de este vehículo, un tapa casi toda la rueda delantera y el otro tapa pero sin afectar ni la visión del retrovisor ni el inicio de la ventana trasera, y estas relaciones se mantienen en las tres imágenes.
figura D
Todo ello no dejan de ser unos criterios que evidentemente se pueden romper como cualquier otra regla, pero lo que sí es importante es que nos hayamos planteado si los queremos aplicar o ignorar, pero nunca quedarnos en un término medio. Esta simple reflexión, con la consecuente elección de un punto de vista adecuado, será un punto más que hará mejorar nuestras fotografías. Os animo a practicarlo sin llegar a convertirlo en una obsesión …!
Muy bueno el post. Se ven poco de este tipo.
Gracias
Muchas gracias por tu comentario Rubén!
Celebro que el artículo haya sido de tu agrado!
Saludos.