Los conceptos de mapa, espacio y perfil de color deben entenderse bien antes de intentar adentrarse en el, a priori espeso, mundo de la gestión de color. Seguidamente no hablaré propiamente de gestión de color, pero sí que voy a intentar aclarar estos conceptos básicos previos, que a menudo prestan a la confusión. Para ello utilizaré constantemente los paralelismos con la cartografía y la música.

MAPA DE COLOR
Un mapa de color es un modelo o sistema de representación de todo el espectro de luz visible para nuestros ojos. Utiliza unas coordenadas que permiten definir de manera objetiva y precisa cualquier color. Por eso es fácil hacer un símil con la cartografía, la cual nos permite definir cualquier punto geográfico mediante unas coordenadas únicas para cada lugar del planeta. Dependiendo del sistema de coordenadas que utilizemos hablaremos de un mapa de color o de otro. Del mismo modo podemos definir cartográficamente un punto geográfico con diferentes sistemas como podría ser definiendo la latitud y la longitud, o utilizando coordenadas UTM. Con el caso de la música pasaría lo mismo con la utilización del pentagrama que nos permite representar todas las notas musicales, pero también podemos utilizar diferentes sistemas como serían la clave de sol, la clave de fa,etc…
El CIE (Commission Internationale de l’Éclairage) es el autor de los mapas de color más conocidos como pueden ser el CIE XYZ y CIE Lab. En la figura A se muestran los ejes XY del CIE XYZ. El blanco corresponde a la coordenada (0333, 0333) y los colores de máxima saturación, los del Arco Iris, son los de la periferia. Si tomamos cualquier color de la periferia, y trazamos una línea que pase por el blanco, encontraremos su complementario en el lado opuesto.

figura A

Y la figura B corresponde a la representación del CIE Lab. El eje verical ‘L’ representa la luminosidad o brillo, el eje horizontal ‘a’ es el rango rojo-verde y el eje horizontal ‘b’ el rango amarillo-azul.

figura B

ESPACIO DE COLOR
Cuando delimitamos una zona dentro de un mapa de color obtenemos un espacio de color. Utilizando el símil geográfico, un mapa de color vendría a ser el mundo y un espacio de color un continente, y utilizando la música podríamos decir que la escala musical sería el mapa de color y las notas que puede tocar un instrumento en concreto un espacio de color. Un espacio de color puede delimitar el conjunto de colores que un dispositivo, como un monitor o una impresora, puede reproducir. En este caso hablaremos de espacios de color dependientes. Por otra parte también están los espacios de color independientes, como son los espacios de trabajo. Los espacios de trabajo más conocidos, ordenados de menor a mayor tamaño, son sRGB, Adobe 1998 y ProPhoto. En la figura C se puede ver el ámbito de cada uno de estos espacios de trabajo en el mapa de color CIE XYZ. Este mapa sólo representa el espectro visible y se ve que el espacio de color ProPhoto supera este ámbito.

figura C

El objetivo de los espacios de trabajo, que no representan a ningún dispositivo en concreto, es facilitar y asegurar una correcta edición colorimétrica de las imágenes y poder compartirlas minimizando los problemas entre usuarios. El espacio de trabajo sRGB es el más indicado para trabajar con web, Adobe 1998 permite imprimir copias con más calidad a nivel profesional y ProPhoto es aún mayor y nos permite altos márgenes de procesado minimizando la pérdida de información.

PERFIL DE COLOR
Un perfil de color es un archivo, con extensión ICC o ICM, que describe de forma detallada la respuesta de color de un dispositivo. Es la pieza clave en la gestión de color ya que permite uniformizar la respuesta de cada dispositivo y conseguir los resultados colorimétricos deseados. Vendría a ser como afinar los diferentes instrumentos de una orquesta para que esta suene bien. Por ejemplo, cada impresora necesita un perfil de color diferente para cada tipo de tinta y papel utilizados. Esto se puede conseguir utilizando los perfiles de color genéricos que suministra el fabricante. Pero lo ideal es crear perfiles de color propios para cada dispositivo, así conseguiremos corregir las desviaciones cromáticas particulares propias de la fabricación o del desgaste. Por otro lado también podemos incrustar perfiles de color en los archivos para que todo el mundo pueda saber con qué espacio de trabajo hemos procesado y dejado un archivo y así posibilitar una correcta gestión de color. La figura D muestra los resultados después de haber calibrado y perfilado un monitor que, en este caso, corresponde a un DELL 2408WFP. Este es el resumen del perfil de color que se ha generado y muestra, a la izquierda, la curva de ajuste que se guarda en la tarjeta gráfica y sirve para corregir las desviaciones que tiene el monitor para garantizar una buena representación cromática. Y a la derecha se muestra el espacio de color que corresponde en concreto a este monitor el día que se ha generado el correspondiente perfil de color.

figura D

Finalmente, para aquellos que quieran profundizar más en el tema de la gestión de color, recomiendo la lectura del libro de Hugo Rodríguez, que a mí me ha ayudado mucho, ‘CALIBRAR EL MONITOR’. Su lenguaje ameno y sencillo permite conseguir una rápida y efectiva introducción a este tema.