Muchos somos los que por gracia o desgracia nos ha tocado estar detrás de un mostrador de venta. A veces es un trabajo aburrido, pero otras veces tiene su parte cómica; sobretodo cuando te encuentras con gente que te dicen, o hacen preguntas, que te hacen plantear inmediatamente ¿dónde esta la cámara oculta?

En este artículo os contaremos algunas anécdotas vividas por nosotros mismos detrás de un mostrador de venta de material fotográfico (claro está), no dejéis de añadir comentarios con vuestras experiencias.

Caso 1.
Después de explicar una cámara compacta digital (concretamente era una Panasonic Lumix) de pe a pa, explicar por dónde se mete la batería, la tarjeta de memoria, la resolución hasta que tamaño de ampliación nos permite, enseñar los conceptos básicos del menú…etc etc… el cliente me pregunta: ¿y por dónde pongo el carrete?

Caso 2.
Un cliente entra y me pide una batería para una Canon EOS 400D «porqué la mía se ha gastado»[sic]; la palabra gastado me dejo un poco estupefacto, le pregunté «¿cómo que se le ha gastado?», me respondió «si, la puse hace 1 año y medio cuando compré la cámara y ayer haciendo fotos se gastó. Quiero una nueva.» Me tocó explicarle lo que era el cargador, para qué se usaba, incluso le hice un dibujo de la forma del cargador para que lo encontrara en su casa y pudiera «recuperar» su batería gastada.

Caso 3.
Ya es habitual que al recuperar tarjetas de memoria se recuperen fotos que el cliente daba por archivadas, pues cuando se recupera las imágenes se puede recuperar todas las fotos borradas siempre que no se hayan escrito de nada nuevo en su sector.
Una clienta alemana trajo su tarjeta en la deberían estar sus fotos de Paris, Madrid, Barcelona… todas perdidas. Se las recuperamos, pero aparecieron también otras de lo que parecía una fiesta (por no decir orgía), de ella junto a otros dos chicos, vamos, no entraremos en detalles de las escenas fotografiadas. Lo curioso del caso fue que la chica insistió, antes de pagar por la recuperación realizada, en ver las fotos… se emocionó al ver esa foto en la Torre Eiffel junto a su novio, la otra en la Cibeles…etc Me hizo ir viendo todas las fotos, y claro, aparecieron «las fotos de la fiesta», se puso de todos colores, el novio desapareció (se escondió en los servicios). Quiso salir rápido de la tienda, pago la recuperación y con las prisas se dejó la cámara en la tienda; han pasado cerca de 3 años, aun no ha venido a buscarla…

Caso 4.
Una chica vino toda preocupada para recuperar su disco duro, pues no podía acceder a él y a toda su información, con todos sus trabajos de la universidad, y nos contaba que tenía que entregar un trabajo que tenía ahí guardado. Le dijimos que normalmente recuperábamos tarjetas de memoria, pero lo podíamos intentar con sus documentos, fotos y vídeos. Al decirle las palabras fotos y vídeos, cambió la cara, nos pregunto si se recuperaba todo, todo, todo? le contestamos que en el 90% de casos se podía recuperar. Entonces cogió de nuevo el disco duro, se puso más roja que un tomate, y nos dijo «bueno, en este caso no os lo dejo, me daría mucha vergüenza que recuperéis según qué cosas». Se fue. Me pregunto si estuvo en la misma fiesta que la del caso anterior…

Caso 5.
Un cliente que andaba buscando un objetivo ojo de pez de más de 200mm de focal… (Aun lo sigue buscando)