Por poco que te hayas metido en el mundo de la fotografía seguro que habrás visto en más de una ocasión estas «montañitas» negras o de colores, ya sea en la pantalla de tu cámara, en algún programa fotográfico o en algún libro. El histograma es un tema que suele dar pereza de abordar pero cuando se entiende su sencillo significado, entonces resulta difícil de ignorarlo. En este artículo intentaré hacer una introducción sencilla al histograma para que deje de ser incomprendido.
El histograma es una representación estadística que nos indica la proporción de píxeles de cada tonalidad que hay en una imagen. Si es negro o blanco significa que representa los niveles de grises o luminosidad. Recordemos que dos colores diferentes pueden tener una misma luminosidad o, dicho de otro modo, que si los desaturamos ambos corresponderán a un mismo gris. También podemos ver los histogramas correspondientes a cada canal R (rojo), G (verde), B (azul), y entonces se nos representará con el color del canal correspondiente. Para simplificar la cuestión, a partir de ahora sólo veremos histogramas de representación de la luminosidad.
Figura A
La Figura A muestra cómo leer el histograma. El eje vertical indica qué proporción de cada tonalidad hay dentro de la imagen, siendo la parte inferior el valor mínimo. Y el eje horizontal se distribuyen las diferentes tonalidades de gris, correspondiendo la parte izquierda al negro y la parte derecha al blanco. El histograma de la Figura A tendría una mayor presencia de tonos de la zona de los medios, y predominan los tonos oscuros frente a los claros. Sólo con esta simple lectura podemos interpretar el esquema básico de tonos que tendrá la imagen en cuestión. También podremos determinar si ha quedado subexpuestas, sobreexpuesta o con la exposición correcta de manera objetiva, mucho mejor que fiarnos de cómo vemos la imagen por la pantalla LCD de la cámara, muchas veces con condiciones de luz ambiente muy desfavorables que conducen a una lectura subjetiva errónea. En la Figura B vemos un ejemplo de tres exposiciones de una misma escena con sus correspondientes histogramas.
Figura B
De todas formas, no se debe caer en el error de buscar un histograma «perfecto» como objetivo a alcanzar en todas nuestras imágenes. Es tan fácil de entender como que una foto nocturna deberá tener un histograma típico de subexposición y al contrario, por ejemplo, en fotos de clave alta (predominio de los tonos más claros). A continuación tenéis una serie de fotografías con su correspondiente histograma.
Figura C
La Figura C corresponde a una escena nocturna, la mayoría de tonos son oscuros y por eso el histograma se concentra en la parte izquierda.
Figura D
En la Figura D vemos una imagen donde el horizonte delimita claramente dos zonas tonales de la escena: el agua oscura de la parte inferior, y los tonos más claros correspondientes a los edificios y el cielo de la parte superior. Y esto se traduce con su correspondiente histograma con dos puntas claramente marcadas. La punta de más a la izquierda corresponde a la parte inferior de la imagen y la punta central a la parte superior.
Figura E
La Figura E muestra una imagen muy compensada de tonos. Contiene desde tonos oscuros hasta tonos claros, pasando por los intermedios, y ningún tono destaca claramente sobre los demás. Por eso tenemos un histograma amplio fruto de esta rica gama tonal.
Figura F
Y, finalmente, la Figura F corresponde a una imagen artificial que sólo contiene tres tonos repartidos en la misma proporción. Por eso su histograma consta de tres únicas barras con la misma altura.
Llegados a este punto a menudo me preguntan como se hace para modificar el histograma según nuestra voluntad. Hay diferente mecanismos para hacerlo, desde cambiando la exposición con la cámara, editando la imagen con algún software de edición, manipulando la escena modelando la luz con flashes y/o reflectores, por ejemplo, o añadiendo o quitando elementos de la escena con diferentes tonalidad. Si sobreexponemos desplazaremos el histograma hacia la derecha y viceversa, si añadimos contraste a la escena veremos como se alarga el histograma, y se encogerá si sacamos contraste.
Pero en definitiva, no buscaremos conseguir un histograma sino que simplemente utilizaremos su lectura para comprobar si es coherente con la imagen que queremos conseguir, y en caso contrario actuaremos para corregirlo.