Nos encontramos en plena temporada, en esos poquitos días del año que los fotógrafos debemos aprovechar para pegarnos el madrugón y pasear por los bosques. Las hojas se marchitan, y antes de que caigan al suelo, los árboles adquieren una luz y un color especial, digno de ser fotografiado.
Aunque el otoño lo relacionamos principalmente con el colorido de los árboles y las hojas que se caen, no olvidemos que los meses de octubre y noviembre son ideales para fotografiar niebla. Hace frío y da mucha pereza salir, pero haz el esfuerzo y verás como hay muchas posibilidades de que haya merecido la pena madrugar y estar presente en esos amaneceres espectaculares mientras los demás duermen.
¿Qué necesito para hacer fotos de otoño?
- Cámara réflex y objetivos
- Trípode
- Polarizador
- Filtros degradados
Una vez tengo la mochila preparada ¿qué tengo que hacer?
Piensa cuál es un buen sitio. El otoño no llega a todos los lugares a la vez. Mientras en algunos bosques las hojas comienzan a caer a mediados de octubre, no lo hacen en otros hasta principios de noviembre. Estate atento si eliges ir a un sitio que conoces, y si vas a un sitio por primera vez, pregunta a alguien que ya ha estado.
Madruga. A la vez que visitamos los bosques, es recomendable subir a alturas donde fotografiar mares de niebla al amanecer, muy habituales en estas fechas. Los filtros degradados te serán de gran ayuda.
Usa el polarizador. Si está despejado, saturará el azul del cielo así como los árboles, creando imágenes vivas y con mucho contraste.
Tómate tu tiempo. Piensa bien la composición, prueba diferentes encuadres. Disfruta de la naturaleza y haz fotos con calma para conseguir trasmitir lo que estás presenciando.
Abrígate. A primeras horas, lo más probable es que haga frío. Vístete prendas calientes para protegerte, y a la vez, puedas guardar en ellas alguna batería de repuesto para la cámara, ya que con el frío se gastan más fácilmente.
¿Tienes algún consejo más para fotografiar el otoño?