Una de las mayores frustraciones de los fotógrafos principiantes es la de ver fotos espectaculares de otros grandes fotógrafos y pensar que tu nunca llegarás a ese nivel ni en sueños.
Todo se aprende. Algunos más rápido, otros necesitan caminar más lento. Pero el que sigue la consigue. Nadie nace sabiendo hacer buenas fotos y la visión es algo que hay que entrenar todos los días. Apúntate a algún curso de fotografía, lee libros fotográficos, pero sobre todo, mira muchas fotos todos los días para ampliar tu repertorio fotográfico constantemente. Poco a poco irás mejorando, te sentirás mucho más cómodo haciendo fotos. No te voy a engañar, no es un camino fácil y seguramente te pilles unos cuantos bajones fotográficos de vez en cuando, pero lo importante no es las veces que te caigas, sino todas las veces que has sido capaz de levantarte y seguir esforzándote.
También es cierto que la fotografía no es una actividad que termine de aprenderse nunca. Es más bien como en la medicina, siempre sale alguna enfermedad nueva, y los fotógrafos al igual que los médicos debemos seguir formándonos para aprender y mejorar constantemente.
De todas formas, es bueno mirar atrás y ver todo el trayecto que has recorrido mejorando día tras día. Si te esfuerzas conseguirás resultados que te vas a sorprender a ti mismo, créeme, y también llegará la hora para que te quites de la cabeza que eres un fotógrafo novato y empieces a valorarte más. Y esto ¿cuándo llega?
Cuando te da vergüenza enseñar las fotos que hacías hace un tiempo. Sí amigos, todos tenemos esas primeras fotos que hicimos los primeros días después de comprarnos nuestra primera cámara de fotos. Aquellas que hicimos trasteando con el modo manual, sin tener ni idea de lo que es el diafragma, la velocidad o el ISO. Esas fotos que por casualidad de vez en cuando nos salía una decente y nos hacía una ilusión tremenda. Ahora las miramos y les vemos mil errores que corregir o mejorar.
Cuando empiezas a preocuparte más por tu espalda y dejas la mochila en el suelo siempre que puedas. No me había fijado en esto hasta que un día me lo preguntó un compañero de trabajo: “¿Por qué los fotógrafos principiantes no se quitan nunca la mochila para hacer fotos?” No sé, habrá de todo pero es cierto que en general, cuando somos principiantes nos cuesta despegarnos de la mochila fotográfica. Van pasando los años, empiezan los dolores de espalda, el desembolso en masajistas… En fin, seguro que los que lleváis años en esto sabéis a lo que me refiero.
Cuando ya no te da tanto palo acercarte a la gente. Hay excepciones, como en todo, pero sí es cierto que al principio en general nos cuesta bastante acercarnos mucho a una persona apuntándole con la cámara de fotos. Ni te cuento si se trata de desconocidos. Si aún estás en esta etapa, echa un ojo a los consejos para fotografiar a gente desconocida y verás como mejorarás muy pronto.
Cuando “ves” la foto. Me refiero a esos momentos en los que tienes una especie de visión, y en tu mente ya sabes cómo va a ser la foto que estás apunto de hacer respecto a luz, composición e instante, antes de ponerte el visor ante tu ojo y hacer clic. Es una previsión mental que hacemos los fotógrafos.
Cuando empiezas a ponerte MUY nervioso cuando hay buena luz. Hasta el punto de que odias con todas tus fuerzas que te molesten esos escasos minutos (¡o segundos) de luz especial.
Cuando tardas 2 segundos en vez de 2 minutos. Al principio necesitamos nuestro tiempo para pensar y poner los parámetros correctos de la cámara. Hay quienes tiran la toalla y terminan disparando en automático. Para que no te agobies sacando partido a todas las posibilidades que te ofrece tu cámara de fotos, recuerda el post donde te contábamos cómo hacer fotos en manual sin desesperarte.
Cuando empiezas a arrepentirte de no haber salido con la cámara de fotos y te duele en el alma porque has tenido uno de esos momentos que “ves” la foto tal y como comentábamos antes.
¿Cuáles son para ti los síntomas que muestran que ya no eres un fotógrafo novato?
Añadiría otra: cuando ves una foto y te empiezas a preguntar como llegó hasta allí el fotógrafo, que permisos tuvo que pedir, como se enteró del lugar, y lo que menos te importa es que cámara usó.
Buena lista
¡Es verdad Machbel! Muy buen aporte. ¡Gracias por compartirlo! 😉
Cuando en modo manual ya puedes estimar la luz (iso, apertura, velocidad) y luego sacas la foto y sale bastante bien y requiere pocos ajustes. Sirve mucho partir de la regla que venia impresa en los rollos de fotos que decia a pleno sol iso 100, 1/125 y f16.
Y sobre todo, cuando confias en tu camara y apagas esa opcion que prende la patalla luego de cada foto. Esta bien mirar cada tanto si las cosas van bien, pero no cada foto.