Mucha gente tiene entendido, erróneamente, que los teleobjetivos producen una compresión de la perspectiva y que los angulares crean el efecto contrario. Nada más lejos de la realidad! La perspectiva de una fotografía depende únicamente del punto de vista y la visual principal que hayamos elegido para realizarla, pero nunca de la distancia focal del objetivo que utilizamos. Otra cosa será el encuadre, o recorte, que elegimos por la fotografía, ya sea de forma analógica o digital, pero éste nunca variará la perspectiva.

Así empieza mi artículo Focales y visuales donde explico con todo detalle este hecho. Ahora quiero acabarlo de demostrar con un ejemplo práctico que he hecho. Veremos que el zoom óptico es idéntico al zoom, o recorte, digital en cuanto a la perspectiva de la imagen. Por eso he hecho la fotografía de la Figura A con una focal de 20mm y las sucesivas correspondientes a las otras focales indicadas en la misma Figura A, sin mover la cámara.

Figura A

Y a continuación muestro los sucesivos resultados de las diferentes focales (izquierda) con el correspondiente recorte digital equivalente de la primera fotografía, tomada con el 20mm, (derecha).

Como se puede ver la calidad del recorte digital va disminuyendo cuanto más ampliamos, pero la perspectiva de las imágenes no varía y, por ello, las obstrucciones y las relaciones geométricas de escala entre los diferentes objetos de la escena tampoco. Si fuera verdad que los teleobjetivos comprimen la perspectiva, esta coincidencia no debería producirse. Por eso si los sensores de las cámaras fueran capaces de ampliar tanto como quisiéramos digitalmente sin perder calidad alguna, podríamos disparar siempre con gran angular y recortar siempre a posteriori digitalmente sin tener que cambiar nunca las distancias focales. Por lo tanto el famoso efecto de compresión de la perspectiva se debe a nuestro desplazamiento a la hora de escoger el punto de vista, independientemente de la focal que utilicemos.