A ningún fotógrafo le guste que le roben su trabajo para utilizarlo en medios online o impresos, sin embargo, Lukas Renlund, un fotógrafo de Dinamarca, decidió que quería que la gente se llevara su foto al más puro estilo ladrón en la calle, en pleno Copenaghe y a la luz del día.

Para ello colocó una serie de fotos impresas con sus marcos en una pared al aire libre. En total, 40 fotografías que se exponían bajo el nombre de Steal My Photograph! Las condiciones para que cualquiera que pasara por allí se llevara una de esas imágenes eran muy sencillas: una por persona, colgarla en casa, hacerle una foto y describir el lugar en el que se ha colocado y esa descripción enviársela a Lukas por e-mail.

La convocatoria fue un éxito ya que en 30 segundos todas las fotografías desaparecieron, y lo más importante, la gente cumplió las condiciones, algunos de los textos son por ejemplo:

Ayudé a mi amigo a robar su fotografía y por eso me quedé con las manos vacías. Pero cuando viste mi cara triste, me dejaste escoger y elegir una de tus fotografías más pequeñas que quedaban todavía. Decidí llevarme la del hombre que está de pie casi como Jesúsen frente de nuestra bandera roja y blanca, Dannebrog (la bandera danesa).

La fotografía y sus colores coinciden con mi tocadiscos rojo muy bien. Por lo tanto era natural que la pusiera junto con él y mis otras cosas artísticas.

No deja de ser una propuesta curiosa y atrevida, y por las respuestas de la gente, fue positiva y divertida. Está claro que estaban robando con el consentimiento del propio autor, pero en el fondo no es más que otra manera de promocionarse. Seguramente muchas de esas personas recordarán siempre cómo consiguieron esa fotografía, el nombre del fotógrafo y lo vayan contando a amigos y familia, lo que incita a echar un vistazo al resto de la obra de Lukas Renlund.

En España lo más parecido que ha habido es Pon una foto en la calle, en la que el interesado cuelga una fotografía el día que se acuerda -ya que esto es más como una iniciativa cultural-festivalera-, en la calle, aunque también participan centros culturales e instituciones. Además que hay que pedir un permiso, ya que estamos alterando el mobiliario urbano. Es cierto que las fotos suelen desaparecer, pero posiblemente la magnitud que alcance este movimiento es diferente a la propuesta por el fotógrafo danés.

La idea como promoción es buena y quizás gracias a este fotógrafo surjan otras ideas similares o incluso puede que se animen otros autores a que la gente de a pie de calle les robe las fotos  y las pueda ver cómodamente en su casa y no sólo en las galerías. Un pequeño paso para tener a la fotografía más cerca.

Para terminar os dejo con un vídeo de cómo fue la experiencia: