No es algo nuevo que se use la fotografía como terapia para superar las enfermades propias o incluso las de algún familiar, como por ejemplo la serie de fotografías que realizó Annie Leivobitz. Pero sin llegar al caso de fotógrafos mundialmente conocidos, también ha servido para gente más desconocida, no sólo como afición, sino también para convertirse en profesionales de la imagen.

Es el caso de Jaleel King, un hombre que después de estar al borde de la muerte con 8 años, para finalmente sobrevivir y quedarse en silla de ruedas, decidió casi sin darse cuenta, dedicarse a la fotografía. Él mismo explica que tiene una perspectiva diferente respecto a cómo es la vida visualmente, y que nunca se permitió aceptar los por qué como excusa, sino utilizarlos para superar los obstáculos.

La prueba de la pasión que siente queda demostrada en su página web y está claro que es un ejemplo para todos aquellos que se dediquen o quieran hacer de la fotografía su trabajo. Una muestra de que no hay que rendirse nunca, no importe el qué, para alcanzar nuestros objetivos. Y todo sin perder la sonrisa ni el buen humor que demuestra Jaleel King en su obra.