Cada vez es más conocido el consejo de exponer “desplazando el histograma hacia la derecha” o, en otras palabras, exponer el máximo de claro sin llegar a quemar nada. Esta técnica de exposición nos garantiza una óptima calidad de las imágenes capturadas. Puede que mucha gente lo utilice sin saber demasiado el porqué pero, por otro lado, el hecho de que algunas veces este método nos lleve a resultados más claros de la apariencia real hace que se opte por dejarlo de utilizar. Además, este procedimiento de exposición sólo tiene sentido si hay una edición posterior de las imágenes, algo totalmente recomendable.

Para entender el beneficio de “derechear”‘ debemos empezar entendiendo como captura la información el sensor de nuestra cámara. La visión humana no hace una lectura lineal de la luz que recibe sino que es exponencial, al igual que se rigen los valores de exposición (EV) que estamos acostumbrados a manipular con nuestras cámaras. Esto es lo que representa la figura A, donde cada salto corresponde a un incremento de 1EV, lo cual quiere decir que cada escalón tiene el doble de exposición que el anterior y la mitad que el siguiente. Recordemos que 1EV equivale al desplazamiento de un punto de diafragma o de tiempo de exposición.

figura A

figura A

Pero el sensor de la cámara trabaja de forma totalmente lineal. Si consideramos una cámara de 12 bits, como suelen tener la mayoría de modelos actuales, quiere decir que utiliza 12 bits por cada canal RGB para definir la imagen capturada. Así tenemos que cada canal dispondrá de 4.096 (2 elevado a 12) tonos o valores numéricos. Y, siguiendo la respuesta lineal, los saltos EV se distribuyen tal como muestra la figura B. El sensor empieza a asignar valores a partir de su punto de saturación (exposición que provoca el blanco absoluto), de tal forma que el nivel más claro (I) dispone de 2.048 valores o tonos para definir este paso, la mitad del total que nos ofrece la cámara. El nivel II corresponde a -1EV respecto al nivel I y, siguiendo la respuesta lineal del sensor, dispone de 1.024 tonos (la mitad de 2.048). Y así sucesivamente iríamos bajando de valores de exposición disponiendo en cada uno de los siguientes saltos de 512, 256, 128, 64, 32, 16, 8, 4, 2 y 1. Si sumamos todos estos saltos nos da 4.095, pero tenemos que sumar un valor más que corresponde al 0, que también es utilizado, y entonces ya tenemos los 4.096 tonos totales por canal de una cámara de 12 bits. Una vez capturada la imagen de forma lineal, se le aplica una curva gamma para que esta tome una apariencia similar a la percepción exponencial de nuestros ojos.

figura B

figura B

Todo ello conlleva que las partes más claras de nuestras imágenes dispongan de más tonos para ser definidas que las partes más oscuras. Y cuanto menos tonos o valores disponibles tiene un nivel para ser definido, más ruido éste presentará, lo que va estrechamente ligado a la pérdida de calidad. Por eso es preferible que una imagen sea capturada más clara (sin quemar) de su apariencia real y posteriormente oscurecerse con la edición posterior, ya que al oscurecer en la fase de edición afectan proporcionalmente todos los valores disponibles de la captura. Dicho de otra forma, si nosotros capturamos una escena toda ella ajustada al nivel III tendremos una imagen definida con 512 tonos por canal, y si la capturamos al nivel I y posteriormente la editamos subexponiéndola -2EV obtendremos la misma escena, también con una apariencia de luz similar a la realidad, pero definida con 2.048 tonos por canal. Todo ello disminuye la presencia de ruido y suaviza los degradados tonales.
Vamos a comprobarlo con un ejemplo. La figura C muestra tres capturas de una misma escena. La imagen central corresponde a la exposición aconsejada por el exposímetro de la cámara y nos da una sensación de luminosidad muy fiel a la realidad. La imagen de la izquierda corresponde a una subexposición de cámara de -2EV y la de la derecha a una sobreexposición de +2 EV.

figura C

figur C

Por lo tanto, a priori podríamos pensar que la exposición correcta es la central con un aspecto mucho más natural, pero con lo explicado en este artículo se entiende que la imagen con más información debe ser la de la derecha, la que ocupa la parte más clara del sensor, que dispone de más valores de información  sin llegar a quemar nada. Una vez entendido que esta captura de la derecha es la de más calidad informativa sólo nos queda oscurecerla -2EV con la edición posterior para tener una apariencia de luminosidad más parecido a la realidad. Con este propósito también podríamos aclarar +2 EV la captura de la izquierda de la figura C, pero la pérdida de calidad sería importante. Para comprobar esto la figura D muestra un mismo recorte aumentado de las tres capturas una vez corregida la luminosidad para que sean similares. Fijaos con el nivel de ruido y la calidad de la suavidad en los degradados tonales.

figura D

Es evidente que la opción de oscurecer -2EV la captura sobreexpuesta +2 EV (figura D, recorte inferior) es la mejor, mientras que la opción de aclarar +2 EV la captura subexpuesta -2EV (figura D, recorte superior) es la peor. El recorte central de la figura D corresponde a la captura con la exposición aconsejada por el exposímetro de la cámara, y es el resultado intermedio a nivel de calidad final de la imagen. Y, por otra parte, estas conclusiones también vienen avaladas por el tamaño de los archivos RAW originales. La captura subexpuesta -2EV (figura C, izquierda) tiene un tamaño de 12,4 MB, la captura con la exposición aconsejada por el exposímetro de la cámara (figura C, centro) tiene un tamaño de 12,8 MB y la captura sobreexpuesta +2 EV (figura C, derecha) tiene un tamaño de 13,6 MB.